Esclerosis múltiple y disfagia
8 de noviembre de 2024
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad inflamatoria que afecta al cerebro y a la médula espinal. La inflamación provoca lesiones y disfunciones en estas células nerviosas, que a veces pueden verse en las imágenes y se denominan placas de EM. Estas placas pueden aparecer en todo el cerebro y la médula espinal y provocar problemas de movimiento, sensibilidad, pensamiento y otras funciones cerebrales y nerviosas. La deglución es una de las funciones que pueden verse afectadas.
La deglución está controlada por nuestro cerebro y los nervios que proceden de nuestra médula espinal. Aunque los problemas para tragar (también llamados disfagia) suelen producirse en las últimas fases de la EM debido a la acumulación de placas, también pueden aparecer en cualquier momento del proceso de la enfermedad. Afortunadamente, la disfagia por EM puede tratarse y mejorar, excepto en los casos más graves.
Tratamiento de la disfagia asociada a la esclerosis múltiple
Existen algunas formas de controlar la disfagia debida a la EM y mejorar la deglución. Siga estos consejos y consulte a su médico:
1. El cuidado bucal regular es importante.
La disminución de saliva y las caries bucales pueden empeorar tu capacidad para masticar y tragar. Acude al dentista y cepíllate los dientes con regularidad, además de hacer lo que te recomiende tu dentista para añadir humedad a tu boca. Por ejemplo, utilizar un pequeño pulverizador para rociar o pulverizar agua en la boca a lo largo del día puede ayudar a prevenir la sequedad bucal, las ulceraciones y las molestias al tragar.
2. Trabajar con un logopeda.
Un logopeda puede ayudarle a fortalecer los músculos de la deglución y a reconocer los signos de atragantamiento o aspiración.
3. Sólo coma y beba cuando esté completamente despierto y pueda sentarse erguido en una mesa sin distracciones.
Mientras que tragar solía ser casi tan automático como respirar, tener disfagia significa que tragar ahora debe ser un acto más concentrado e intencionado. Sin este proceso intencionado, se corre un mayor riesgo de atragantarse con alimentos que no se han masticado bien o que no tienen la consistencia adecuada.
4. Coma bocados pequeños y mastique bien.
Así evitarás atragantarte con la comida, lo que puede poner en peligro tu vida. Cambiar la consistencia de los alimentos a una textura más blanda también puede ayudar si tienes dificultades para masticar.
5. Cambia la posición de la cabeza y el cuello mientras comes.
Hacer esto puede ayudar a disminuir el riesgo de asfixia al hacer más pequeña la entrada de las vías respiratorias. Un método habitual es la postura de meter la barbilla. Inmediatamente antes de tragar la comida, baja la barbilla hacia el pecho y luego traga. Esto ralentiza el paso de la comida al esófago para permitir que la tráquea se cierre. También restringe la abertura de las vías respiratorias, ayudando a prevenir el atragantamiento.