¿Qué es la aspiración?

Durante la vida de la mayoría de las personas, todos experimentaremos una forma leve de aspiración al comer o beber. Es posible que haya experimentado esto como "algo que se va por el tubo equivocado". Se trata de una descripción sencilla pero exacta de lo que es la aspiración. La boca está conectada a dos tubos: uno llamado esófago, que permite que los alimentos y el agua lleguen al estómago, y otro llamado tráquea, que permite que el aire llegue a los pulmones. Estos dos conductos están separados por un músculo llamado epiglotis. Este músculo cubre la tráquea al comer para que la comida o el agua no lleguen a los pulmones. A veces este músculo puede no hacer su trabajo tan eficazmente como nos gustaría y las partículas de comida y/o agua pueden colarse y llegar al "tubo equivocado."

La aspiración puede provocar asfixia

Si le ha ocurrido alguna vez, recordará que su primer instinto es empezar a toser. En la mayoría de los casos, esto sacará el agua o la comida de la tráquea. Pero, ¿cuándo se convierte la aspiración en un problema? Si has aspirado un alimento grande, puede obstruir la tráquea. El alimento atascado impide que el aire llegue a los pulmones, lo que provoca asfixia. Si el alimento permanece atascado y el oxígeno no puede llegar a los pulmones, tampoco llegará suficiente oxígeno a los órganos. Esta falta de oxígeno puede provocar rápidamente lesiones cerebrales o incluso la muerte.

¿Quién corre riesgo de aspiración?

Muchos problemas de salud pueden aumentar el riesgo de aspiración. Por ejemplo, las personas con niveles reducidos de consciencia o menos control sobre su capacidad de tragar, como las intoxicadas o con sobredosis de drogas, las que han sufrido un ictus, las que padecen reflujo gastroesofágico, las embarazadas o las que tienen necesidades especiales, como el síndrome de Down. Estos son sólo algunos de los muchos factores de riesgo. Si cree que puede tener riesgo de aspiración, hable con su médico de atención primaria.

¿Cómo puedo protegerme de las aspiraciones?

Hay algunas medidas sencillas que puede tomar para evitar la aspiración. Una de ellas es controlar el tamaño de los bocados de comida. Cuanto más pequeño sea cada bocado, más fácil será que llegue al estómago y no a los pulmones. Asegúrese también de que mientras come no hay distracciones. Hablar mientras se come es una forma muy habitual de introducir comida o agua donde no se debe. También puede seguir cada bocado de comida con agua para ayudar a dirigir la comida por el esófago hasta el estómago.

Otra solución: El Dechoker

Por muy atento que esté, el riesgo de atragantamiento persiste. Nuestro dispositivo de primeros auxilios fácil de usar puede desobstruir rápidamente las vías respiratorias de una persona en una emergencia inesperada, cuando el tiempo es crítico. Adecuado para adultos y niños a partir de 12 años, el Dechoker para adultos puede ayudarle a estar preparado y ofrecerle tranquilidad.