Perros calientes: el mayor riesgo de asfixia
8 de noviembre de 2024
Los perritos calientes son prácticamente un alimento básico para los padres. Asequibles, cómodos y adorados por generaciones de niños, son el tentempié o la comida favorita de muchas familias. En esta época del año, los perritos calientes están por todas partes y, de hecho, julio es el Mes Nacional del Perrito Caliente. Creemos que es el momento oportuno para recordar a los lectores que los perritos calientes son también la principal causa de atragantamiento en niños.
Según Johns Hopkins, los perritos calientes fueron los culpables del 17% de los casos de atragantamiento con alimentos en niños menores de 3 años, seguidos de los caramelos, las uvas y los frutos secos. Si le preocupa que su bebé, niño pequeño o niño pequeño se atragante y sirve perritos calientes en su casa, siga leyendo para saber por qué son un peligro y qué puede hacer al respecto.
¿Por qué son tan peligrosos?
¿Por qué tantos niños se atragantan con perritos calientes? Para empezar, los niños pequeños corren un riesgo mayor que los adultos de atragantarse con cualquier alimento. Según la Academia Americana de Pediatría, solo en Estados Unidos muere un niño cada cinco días por atragantamiento.
Para empezar, las vías respiratorias de los niños son mucho más pequeñas. A menudo, los adultos se sorprenden de lo pequeño que puede ser un objeto que provoque el atragantamiento de un niño. Además, los niños muy pequeños no tienen la boca llena de dientes para masticar correctamente y todavía no han perfeccionado el proceso anatómico de la deglución. Además, los niños pequeños carecen de algunas de las capacidades cognitivas que los adultos dan por sentadas a la hora de comer, como saber qué tamaño de bocado dar o cuánto tiempo masticar antes de tragar. El resultado es una mayor probabilidad de atragantarse con todo tipo de alimentos.
Sin embargo, cuando se trata de perritos calientes, el riesgo estriba en su tamaño y consistencia. Los perritos calientes tienen básicamente el mismo tamaño que la tráquea de un niño, y su textura blanda pero sólida los convierte en un tapón perfecto.
¿Qué podemos hacer al respecto?
Los perritos calientes pueden ser peligrosos, pero eso no significa que su hijo no pueda disfrutarlos. Los padres y cuidadores simplemente deben prestarles la debida atención.
Cuando prepare un perrito caliente para su hijo, no lo corte nunca en trozos con forma de "moneda". El niño puede pensar que se lo puede tragar, cuando en realidad lo que hacen es taponar las vías respiratorias. La mayoría de los médicos y expertos coinciden en que los perritos calientes deben partirse al menos por la mitad o en cuartos, en trozos de no más de medio centímetro.
Recomendamos cortar primero un perrito caliente a lo largo en cuatro tiras, y después esas tiras en trozos más pequeños de media pulgada o menos. Cortar el perrito caliente de esta forma reduce considerablemente el riesgo de asfixia.
Como consejo adicional, también te recomendamos que animes a tus hijos a no comer mientras corren o están activos. Es mucho más probable que aspiren la comida si no están sentados y comiendo tranquilamente. Durante estos meses de verano, cuando los perritos calientes aparecen en todas las barbacoas y fiestas al aire libre en las que juegan los niños, esto es especialmente importante. Comer con calma es un buen hábito que puede empezar a desarrollar en sus hijos a una edad temprana.
En otras secciones de nuestro blog, puede obtener más información sobre los alimentos de alto riesgo y otros peligros de asfixia para los niños. También tenemos consejos sobre qué hacer si tu bebé necesita la maniobra de Heimlich u otros tratamientos antiahogo, y te invitamos a conocer nuestro innovador dispositivo salvavidas The Dechoker.